domingo, 10 de abril de 2011

Que hacer para paliar la paradoja europea.

En esta entrada voy a tratar de insinuar o proponer que política se debería seguir para evitar que Europa esté uno o varios escalones por debajo frente a Estados Unidos o países de Asia como Japón, China etc. en referencia a la industrialización o la aplicación práctica y tecnológica de la Investigación.
Primero es plantear el problema; la paradoja europea en materia de investigación e innovación puede verse desde varios puntos de vista:

  • Se puede reflexionar que los países de la Unión Europea desempeñan un papel de fuerte liderazgo en la producción científica, pero no son capaces de convertir esta fortaleza investigadora en creación material de riqueza. Es decir su capacidad de innovación industrial no esta al nivel de su capacidad científica. Y esto rompe el flujo de inversiones en conocimiento y su recuperación económica con los recursos tecnológicos que se obtienen.
  • Otro punto de vista documentado y que se expone en este artículo, es que tal paradoja no existe. Si no que Europa es deficitaria en ambos aspectos. No es que haya un problema de conexión de mucha y buena ciencia con la industria que no sabe aplicarla, si no que ambas cosas son precarias en la mayor parte de países europeos.
Una vez expuesto el problema, y fijándome en modelos que funcionan mejor, mi propuesta será acercarnos a esos modelos pudiéndolos mejorar, pero sobre todo cambiar ese convencimiento asentado de que en Europa hay una investigación básica muy potente y que lo que fallan son las empresas.
El problema y diferencia es la debilidad de la investigación en tecnologías de información. La inversión por habitante de Estados Unidos en I+D en Tecnologías de la Información (TIC) es equivalente a 450 €, en Japón 350 € mientras que en Europa es de 80 €. Las diferencias son latentes y el que estos dos países utilicen este sector como motor estratégico de sus sistema de I+D y de su industria, y que en Europa sea un mero sector facilitador al servicio de otros sectores, hace prever que es que aquí donde ahonda el problema.
En Europa y más concretamente en España, se distingue entre Investigación Básica, Aplicada y Tecnología (un ejemplo de como funciona el sistema en Navarra es este documento). Sin embargo el modelo a seguir debería perseguir una Investigación Tecnológica Básica, sin distinciones entre ciencia básica y aplicada, o ciencia y tecnología.

Por todo lo dicho anteriormente, en España y Europa se debería invertir en el conocimiento, investigación y desarrollo de las Tecnologías de la Información, promover el sector TIC como tal, sin caer en la confusión de que "digitalizar" empresas es hacer estas acciones. Las TIC se aplican en sectores que realmente aportan valor añadido y su introducción supondría una diferencia en productividad y competitividad internacional.

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